Región de Atacama, Chile: Registros históricos

Literatura: Minería en Atacama

R. Tornero [info]: El apir o barretero, una descripción (subjetiva) de las profesiones más importantes en 1872.
Texto Original (p. 463-464):

El apir o barretero. (II)
El apir o barretero tiene una alta opinión  de sí mismo; se considera superior a los peones de otra clase de trabajos i evita el trato intimo con ellos. Como consecuencia de esta superioridad que trata de hacer resaltar en cuantas ocasiones se le presentan, gasta el dinero con una prodigalidad asombrosa. Cuando ya ha derrochado el último peso de su jornal, se acuerda de la faena abandonada i vuelve a empuñar la barreta o a colgarse la capacha. Trabaja entonces con tesón otra corta temporada, i cuando ha reunido una suma regular, abandona nuevamente el trabajo para regresar a sus alegres canchas i hacer raya entre sus admiradores, que nunca faltan donde corre el dinero.
Así pasa su vida, siempre contento, siempre jeneroso i nunca pobre. Por lo general, el minero es de formas atléticas, anchas espaldas, pecho abierto i miembros robustos, adquiridos en fuerza del penoso trabajo a que está dedicado. El apir sale de la boca mina medio desnudo, el cuerpo inundando de sudor, la pesada saca sobre las espaldas, las facciones descompuestas, los ojos saltados, la respiración entrecortada por agudos silbidos i el pecho jadeante ⁽¹⁾; se acerca a la cancha, vacía la capacha, toma un sorbo de agua, se da un sacudón como el caballo que ha llegado a término de una larga jornada i desaparece en las entrañas de la tierra entonando una alegre canción ⁽²⁾!

 Lo penoso del semejante trabajo i lo mal sano del aíre que respira, acorta la vida del minero i hace que no tenga tantos hijos como los demás trabajadores en otra clase de faenas ⁽³⁾.

El minero no tiene mas vicio que el juego, en el cual demuestra una delicadeza que no es fácil encontrar en otras clases del pueblo ⁽⁴⁾. Muchos pecan también de cangalleros, o sea de ladrones de piedras ricas, recurriendo a los medios mas injeniosos para ocultar la cangalla a la minuciosa inspección que les hace sufrir el administrador después de concluida la faena.

El producto de la cangalia i el valor de su trabajo lo derrochan, como ya lo hemos dicho, en pocos días, pues no dan al dinero importancia alguna, seguros, como dicen ellos, de amanecer de un día a otro transformados en caballeros!
De aquí proviene la nobleza moderna que poco a poco va invadiendo nuestra sociedad i desterrando de sus salones a la antigua nobleza de pergaminos.⁽⁵⁾

Los textos originales fueron digitalizados, transformados a ASCII redactados  por Dr. Wolfgang Griem